En los últimos años, el sector de las renovables ha sido uno de los más dinámicos en la generación de empleo, además de una importante salida profesional para muchos recién licenciados y también para directivos que ven en este ámbito una oportunidad para consolidar su puesto de trabajo
El sector energético en España supone aproximadamente el 0,7 por ciento del empleo total, un porcentaje que se ha reducido en los últimos años por la pérdida de puestos de trabajo en el sector minero. Sin embargo, esta destrucción de empleo no ha afectado a las energías renovables, que desde hace unos años son un motor de la generación de puestos de trabajo.
Un dinamismo que continúa hoy en día, a pesar de la crisis económica, y que tiene buenas perspectivas de futuro, porque se espera un mayor desarrollo de las energías renovables de la mano de medidas como la Estrategia Europea 2020 en la que se contempla aumentar hasta el 20 por ciento el porcentaje de las fuentes de energía renovables en el consumo final energético.
Este desarrollo tendrá también importantes consecuencias en la generación de empleo en este sector, lo que hace que siga siendo un brote verde para poder salir del desempleo. Las expectativas son altas.
Informe WWEA
Según el último informe anual elaborado por la WWEA (World Wind Energy Association), en la actualidad hay 550.000 personas trabajando en este sector, una cifra que se elevará hasta los 670.000 en este año y que alcanzará el millón de puestos de trabajo en el horizonte de 2012, frente a los 235.000 empleos que había en el año 2005 en este sector.
Las expectativas y las dificultades para incorporarse al mercado de trabajo han llevado a que muchos jóvenes se interesen por este sector de actividad al ser más fácil conseguir un trabajo, dado que la generación de empleo, aunque se ha ralentizado por la crisis, sigue existiendo y prácticamente la totalidad de los alumnos que han pasado por alguna formación específica relacionada con este sector han conseguido un empleo al finalizar los estudios.
Sin embargo, no todas las energías renovables generan puestos de trabajo por igual. Mientras la biomasa es una de las que mejores perspectivas de futuro presenta, hoy en día los ingenieros especializados en energías renovables son los profesionales más demandados.
Una demanda que es ligeramente inferior en el sector eólico, como consecuencia de unos años ya de desarrollo en España y la disponibilidad de más profesionales en este campo concreto, pero que todavía tiene capacidad para generar empleo.
Inserción más lenta
La demanda de este tipo de empleos ha ido también pareja a un mayor desarrollo de la formación que se imparte relacionada con este sector a todos los niveles para preparar desde técnicos a pie de instalación hasta los directivos que llevan las riendas de los grandes proyectos de enovables, investigadores y doctores para formar a profesionales en otros países.
No hay que olvidar que España es un referente en el sector a nivel mundial y que muchos alumnos extranjeros eligen las aulas españolas para formarse y aplicar los conocimientos en sus países de origen.
Una formación que se imparte a distancia, en centros especializados, universidades y escuelas de negocios que se suman al empleo verde y que cubren una demanda existente, ya que en el año 2000 los programas formativos eran escasos.
«La demanda de profesionales de las empresas ha sido inmediata, a medida que se fueron posicionando» en el sector, explica Juana González, directora del Área de Medioambiente de la EOI Escuela de Negocios, en la que se imparte el Máster en Energías Renovables y Mercado Energético para titulados y el Programa Ejecutivo en Proyectos de Energías Renovables.
González señala que «con la situación económica la gente está asustada, pero las energías renovables son un sector con futuro, porque van a tener que formar parte del mix energético. Es una apuesta clara de garantía de futuro. Las renovables siguen a la cabeza y, de hecho, en la edición del máster de 2009 hubo un boom para asegurarse un porvenir» en este campo.
Una salida profesional con futuro
Una salida profesional que buscan los jóvenes titulados, pero también los directivos para consolidar su puesto de trabajo o cambiar de sector de actividad. Este cambio se ha percibido, sobre todo, en el caso de directivos de la construcción que «buscan otra orientación profesional».
No obstante, la inserción laboral de los profesionales del sector se ha ralentizado. «Se ha notado un bajón en colocación, pero no en prácticas en empresas, y los alumnos siguen encontrando empleo. Es un sector en el que hay más demanda, al igual que en otras profesiones relacionadas con temas ambientales, y las empresas vienen a buscar alumnos», explica Juana González.
Una salida profesional que, sobre todo, buscan ingenieros y licenciados en ciencias ambientales, aunque la formación está abierta a otras titulaciones, así como a profesionales que ya están en activo y necesitan ampliar o renovar sus conocimientos, según explica Julio Amador, del Departamento de Ingeniería Eléctrica EUITI de la Universidad Politécnica de Madrid en la que también se imparten programas relacionados con las renovables.
La opinión del experto
Amador explica que «en el año 2015 va a haber restricciones de petróleo y las renovables son una alternativa al problema energético. La energía eólica o la solar son alternativas que se plantean para el desarrollo industrial».
Para Juan Antonio Fernández, director del Área de Ingeniería Industrial de la Universidad Europea de Madrid, «la crisis se ha notado, pero no tanto, y sigue habiendo demanda de profesionales.
En un futuro, puede ocurrir que se sature el mercado de trabajo como en otros campos, pero todavía no se observa porque las inversiones no se han paralizado, aunque hay algunas áreas que ya se están saturando como la eólica y el empleo en fotovoltaica es más limitado porque estas instalaciones se hicieron más como inversión que como actuación para implantar este sistema energético».
De cara al futuro, un aspecto a tener en cuenta es que las «empresas están empujando la exportación e implantando instalaciones en otros países y esto es una vía de crecimiento. Las empresas eléctricas, este año, donde han ganado más ha sido en renovables. Es un sector que es una buena fuente de empleo».
De hecho, el 70 por ciento de los alumnos encuentran un empleo antes de un año, según explica Raúl Gavín, responsable de la Unidad de Negocio de Universidad de Master D, empresa de formación que imparte con la Universidad Camilo José Cela el Máster en Energías Renovables y los postgrados en Energía Solar, Eólica y Energías Renovables, una formación para la que la demanda ha crecido el 22,2 por ciento.
Boom de las renovables en el sector laboral
Y es que el «boom que se está viviendo de forma especial en España en los últimos años, ha hecho constante el aumento de la demanda de estos profesionales, que son reclamados para trabajar en plantas y parques de energía solar, hidráulica, eólica y geotérmica».
Pero las salidas profesionales son todavía mayores. Entre los perfiles más demandados figuran «los gestores integrales de proyectos y los instaladores, aunque los picos de demanda cambian», según indica Antonio Valero, director de la Fundación Circe (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), creada por la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, junto con las empresas Endesa y Grupo Samca y la colaboración de la compañía Taim, y que imparte diversos postgrados en renovables.
Son opciones laborales que se suman a otras alternativas, ya que, por ejemplo, por sus aulas han pasado alumnos que hoy en día son directivos de compañías o ministros de Energía en países latinoamericanos.
«La inserción laboral es prácticamente inmediata y los estudiantes se colocan tras la realización de prácticas. El empleo que se genera es cualificado e internacional, porque las empresas salen al exterior. Hay mucho futuro».
Otras alternativas profesionales son la formación de investigadores y de doctores en energías renovables para impartir en países extranjeros la formación e implantar sistemas energéticos.
Trabajar a pie de instalación
Las renovables también generan empleos en los que no es estrictamente necesario ser titulado universitario. En el caso de CCC se dispone de cursos de energía solar térmica y fotovoltaica para convertirse en técnicos instaladores que realizan el trabajo de base.
Una profesión cuya demanda «ha aumentado por el impulso del Gobierno español a las energías renovables y a las edificaciones» que incluyen sistemas de eficiencia energética, indica Rosa Iglesias, directora pedagógica de CCC.
Una línea de formación que se sigue también en CEAC, cuyos alumnos se preparan para trabajar en nuevos parques o en su mantenimiento, entre otras opciones. Para Jesús Cuesta, responsable de esta compañía de formación, «las profesiones en energías renovables son las que más salidas tienen». Además, un dato también relevante es que suele ser un puesto de trabajo estable.
De la mano de las empresas
Una de las claves del éxito de la inserción laboral en el sector de las energías renovables es la colaboración que se mantiene con las empresas del sector.
Prácticamente, la totalidad de ellas mantienen acuerdos para la realización de prácticas de sus alumnos, además de contar con profesorado procedente de las principales compañías del sector con las que se mantienen estrechas relaciones para incorporar a la formación las necesidades reales que tienen en sus empresas, lo que permite la renovación y actualización constante de los programas formativos.
Una colaboración que, por ejemplo, se mantiene con empresas como Siemens y la asociación Asensa en el caso de CEAC; Unión Fenosa, con la que se hacen proyectos fin de carrera o de master en la Universidad Europea de Madrid; la Asociación Española del Hidrógeno o la Asociación Empresarial Eólica y otras asociaciones profesionales sectoriales que mantienen un contacto directo con la Universidad Politécnica de Madrid, además de con empresas como Acciona o Gamesa; y de Aristón, Gehrlicher Solar España, Disol, Grupo Enazul e Iser con Master D y la Universidad Camilo José Cela.
Son sólo algunos ejemplos de relaciones fructíferas entre la empresa y las universidades y centros formativos.